Completo curso de Fotografía Móvil

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Uno de los aspectos más usados de nuestros smartphones actualmente es el de cámara fotográfica. Los teléfonos han eclipsado a las cámaras compactas y con terminales como el Nokia Lumia 1020 empiezan a mirar a un rango superior.

Sin embargo eso no ha hecho que se hagan mejores fotos, casi al contrario. Esto es así porque la inmensa mayoría de los usuarios de estas cámaras no tiene las nociones básicas de fotografía que suelen tener los dueños de equipos más caros.

Pero como se suele decir «el buen fotógrafo hace una buena toma con cualquier cámara«, y es cierto, con un conocimiento básico podemos crear buenas fotografías sin necesidad de usar otra herramienta que nuestro propio móvil.

Para ello publicamos el curso de Fotografía Móvil dividido en apartados para que sea más sencilla su lectura.

Consejos básicos

Consejos básicos

Como inicio de este tutorial para familiarizarnos con la cámara de nuestro teléfono móvil y poder aprovechar todo su potencial, repasaremos algunas consejos básicos que, aunque parezcan obvios, nos pueden ser de mucha utilidad en nuestro proceso de aprendizaje.

1. Define claramente el objeto que fotografías. No son raras las fotografías que parecen caóticas por la cantidad de elementos que las componen. Recuerda que, en fotografía, menos es más, y que cuantos menos objetos haya en la toma mucho mejor (si puedes elegir, claro). Si vas a fotografiar algo en concreto procura que se encuentre sólo, o claramente diferenciado del entorno en el encuadre. Limpia la escena con el zoom si es necesario. De lo que se trata es de no distraer la atención del objeto fotografiado.

2. Cuida el enfoque. Un móvil no es una cámara reflex o una cámara compacta. La velocidad de disparo y enfoque es más lenta y por tanto hay más posibilidades de que la fotografía salga movida. Tómate tu tiempo, las prisas no son buenas consejeras. Debes familiarizarte con el tiempo que tu cámara tarda en enfocar y disparar y, sobre todo, del momento del proceso en el que ya puedes moverte aunque tu móvil siga procesando. Cada móvil necesita un tiempo dependiendo del hardware y, aunque parezca menos importante, del software. Incluso el sonido que simula el obturador retarda el disparo. Recuérdalo. Puedes desactivarlo si tu cámara es demasiado lenta.

3. El encuadre. Trata de no cortar partes de aquello que fotografías. Ni partes de los edificios, ni de caras o trozos del cuerpo en los retratos. Intenta que la toma sea limpia en ese sentido hasta que tengas más experiencia (trataremos modos de encuadre avanzados en futuros posts). Posteriormente a la toma de fotografía podrás editarla, hay muchos programas que lo hacen, y quizá eches en falta disponer de más imagen al jugar con los reencuadres. La experiencia hará que cada vez tengas que retocar cada vez menos tus fotografías.

4. Los efectos. Del mismo modo que debes cuidar el encuadre para retoques posteriores, es conveniente que los efectos de blanco y negro, sepia y demás se apliquen después de haber tomado la fotografía, y no de forma automática. Haz la fotografía en color y juega después, en tu editor, con los efectos de coloreado. Puedes arrepentirte de retratar una escena directamente en sepia y no tener una copia de la misma en color.

Y sobre todo, el más importante consejo que podemos daros es que practiquéis. La experiencia es la mejor de las escuelas.

Practica, practica y practica.

Errores comunes

Errores comunes

Continuando este curso de iniciación a la fotografía con móviles, hoy trataremos los errores más comunes que solemos cometer todos al empezar y cómo solucionarlos.

1. Imágenes movidas o desenfocadas. Debemos saber que la velocidad de respuesta de la cámara de un móvil no es la misma que la de una cámara compacta, sobre todo en ambientes con baja iluminación por lo que deberemos sujetar firmemente la cámara para evitar que la imagen resulte movida durante ese tiempo “extra” que nuestro móvil necesita para retratar.

Es buena idea, con baja iluminación, apoyarnos en alguna superficie para conseguir reducir la vibración o separar la cámara del cuerpo a la mitad de la distancia que den nuestros brazos, que será la distancia de mayor estabilidad. Otro buen consejo es el de aguantar la respiración durante la fotografía. Quizá menos conocido sea activar el disparo retardardo. Ésto evitará la vibración que producimos en la cámara al apretar el botón de captura, nos mantendremos quietos entonces hasta que el tiempo se agote y la cámara acabe de hacer su trabajo.

2. La iluminación. La iluminación es muy importante a la hora de tomar una fotografía, no sólo por la composición, sino porque nuestra cámara móvil reaccionará más lentamente. Una pobre iluminación en cámaras sin flash provocará que el obturador permanezca más tiempo abierto y, por tanto, haya más posibilidades de un desenfoque o de que los colores de la toma no sean los más apropiados o los que buscábamos. Debemos tener presente que un objeto lejano que queramos fotografiar usando el zoom recibirá también menos luz del flash o ninguna.También habremos de cuidar las imágenes a contra luz pues, aunque lo recomendable es que la luz se proyecte sobre la superficie del objeto que estamos fotografiando, es un buen recurso artístico y tendremos que evitar que el foco luminoso incida directamente sobre el objetivo de nuestra cámara. De esta forma evitaremos imágenes quemadas y/o efectos luminosos que arruinen nuestra fotografía.

3. Imágenes torcidas. Las imágenes han de estar alineadas con respecto a algún objeto que aparezca en la toma. Si es una fotografía de un paisaje, el horizonte será el que habrá de estar completamente recto. En fotografías urbanas podremos utilizar líneas de edificios, farolas, la línea del suelo, etc. Algunas cámaras tienen la opción de habilitar una práctica rejilla que nos ayudará a alinear nuestra fotografía al objeto que queramos. En algún modelo de cámara hemos podido observar un nivel digital para ayudarnos a que nuestra cámara esté completamente recta. No debemos prestar atención a esta “ayuda” ya que lo corriente es que, aunque nosotros estemos completamente rectos, los objetos que nos rodean no lo estén (suelos desnivelados, edificios inclinados, etc).

4. Ojos rojos. No son más que el resultado de la proyección de la luz del flash de nuestra cámara en la retina y que devuelve una luz roja al dilatarse los ojos por la luz y que muchas cámaras corrigen lanzando algunas ráfagas de flash antes de tomar la verdadera fotografía. Si la cámara de nuestro móvil no tiene modo “Reducción de ojos rojos”, un consejo muy útil es que avisemos a los retratados de que no deben mirar directamente al flash durante la captura, de esta forma evitaremos ese molesto reflejo de color rojo en los ojos de nuestros modelos.

5. Obstruir el objetivo. Por último, y no por ello menos importante, sujetaremos nuestro móvil con firmeza cuidando que nuestros dedos no obstruyan el objetivo o conseguiremos que nuestros retratos estén parcialmente (o completamente) cubiertos por esa mancha oscura que muchas veces no conseguimos identificar y que no son más que nuestros propios dedos.

Balance de blancos

Balance de blancos

La luz que nos rodea no siempre es del mismo color. Dependiendo del foco que la genere producirá unas tonalidades u otras en el ambiente, como habremos podido observar en una habitación cualquiera cuando la luz del sol entra por la ventana o es de noche y está iluminada por la lámpara. O cuando, al disparar la cámara de nuestro móvil en el interior de una casa sin flash observamos cómo predominan los colores anaranjados y rojizos.

Las cámaras fotográficas, cámaras de móviles incluidas, tienen distintos modos de temperatura de color o balance de blancos para que podamos ajustar la luz ambiente y, por tanto, los objetos aparezcan en nuestra captura con tonalidades reales.

Los modos más comunes que nos encontraremos son: automático, incandescente, luz natural, nublado y fluorescente.

Pero estos ajustes en la temperatura de color pueden usarse a modo de «efectos» para nuestras fotografías si sabemos el funcionamiento de cada uno de los modos:

  1. Incadescente: Produce un aumento de la saturación de azul en nuestra toma para compensar la intensidad de los tonos anaranjados.
  2. Luz natural: Equilibra la saturación de los colores primarios, presuponiendo que el foco de luz es completamente blanco.
  3. Nublado: Eleva la saturación en general ya que su función es la de equilibrar fotografías tomadas en ambientes con escasa luminosidad o cuando ésta es muy fría (predominio de azules).
  4. Fluorescente: Aumenta la saturación del magenta dando a nuestras fotografías un tono rosáceo, ya que las fuentes de luz fluorescente producen una luz con una alta saturación de azul.

Muchos teléfonos móviles incluyen algunos modos más, como el tungsteno, que es muy similar al fluorescente, o el modo sombra o sombrío, que es parecido al nublado.

De esta forma, jugando con los modos, podremos provocar distintas sensaciones con las mismas fotografías y así multiplicar las posibilidades de expresión de nuestras capturas.

Conoce los modos de color de la cámara de tu teléfono móvil para poder sacar el máximo provecho de ella y practica, practica y practica.

Modos de color

Modos de color

Una de las características con las que más experimentamos al adquirir nuestra primera cámara compacta es con los modos de color, y con los teléfonos móviles no es distinto. Nos permiten crear bonitos efectos en nuestras fotografías sin depender de programas externos y eso, para los más novatos, es una característica muy atractiva que, sin embargo, tiene algunos inconvenientes que comentaremos más adelante. Empecemos por describir los modos de color más comunes:

  • Blanco y negro. Produce una completa desaturación de la fotografía que produce un efecto de imagen antigüa, clásica y elegante. Es un modo de color especialmente útil para retratos, sobre todo si ya sabemos jugar con los encuadres y aprovechamos la iluminación de la escena. Saber jugar con el modo blanco y negro puede permitirnos dar un giro radical a las sensaciones que transmitiría la fotografía sin alteraciones del color.
  • Sepia. Es un modo complejo, difícil en ocasiones de conseguir a través de un programa externo. Dota a nuestra imagen de un tono marrón grisáceo que las hace parecer envejecidas dado que simula el coloreado artificial que se hacía antiguamente a las imágenes en blanco y negro. Modo muy interesante si nuestro teléfono móvil tiene la opción de añadir viñeteado (oscurecimiento de los bordes) a la zona de encuadre.
  • Negativo. Hace parecer que la imagen que tomamos es en realidad el negativo de la misma, como la veríamos tomada en el carrete de una cámara analógica. Es un modo poco usado y ciertamente agresivo que produce imágenes extrañas, aunque podríamos sacarle provecho con fotografías de detalles en los que no parezca estar claro, o ser evidente, el objeto que fotografiemos.
  • Solarizar. Otro modo «extraño» que invierte el color de nuestra imagen sólo en ciertos tonos dependiendo de la luminosidad de los mismos. Produce un efecto similar al del encendido accidental de una luz durante el revelado manual de una fotografía. En general es un modo muy poco utilizado.
  • Posterizar. Reduce el rango o gama tonal de una fotografía a unos cuantos colores sólidos manteniendo el parecido con lo que sería la fotografía original. De esta forma desaparecen los degradados o transiciones naturales de la imagen y aparecen áreas de colores uniformes que producen una sensación de imagen vectorizada.

Son modos interesantes con los que podemos experimentar para conseguir transmitir las sensaciones que busquemos en cada toma pero hemos de ser cautos ya que, por lo general, nuestro teléfono móvil tomara la imagen directamente con los filtros aplicados y en algunos casos puede que, en el futuro, echemos de menos disponer de la imagen con los colores originales para poder realizar otro tipo de procesados.

De la misma manera, cada cámara calibra los modos y toma los colores de manera distinta (saturaciones de colores), por lo que la aplicación de estos filtros producirá resultados diferentes y, en cierta manera, incontrolables dependiendo del teléfono móvil con el que estemos trabajando. Por ello recomendamos que el procesado de la fotografía se realice de forma posterior a la toma de la misma. De esta forma podremos controlar al milímetro el resultado.

Nuestra recomendación es que retratéis sin efectos ni filtros y que tratemos la imagen con programas de edición como pueden ser Vignette o Photoshop Express para Android y similares para los iPhone como Camera+ y Color My Photos.

Contraste

Contraste

El contraste de una fotografía es la diferencia, o el salto, de intensidad de cada punto de la fotografía con los puntos que le rodean, es un ajuste de la luminosidad de cada punto para destacar las zonas más oscuras de las más claras. Es un valor configurable en la gran mayoría de las cámaras móviles que podemos encontrarnos y que tiene un efecto muy importante en el aspecto final de la escena que estemos capturando.

La falta, o defecto, de contraste producirá la sensación de una fotografía «lavada». Los colores, debido a su baja intensidad, tendrán una transición suave entre sí pareciendo, en ocasiones, que la fotografía está desenfocada al mezclarse, aparentemente, unos tonos de color con otros.

El exceso, por otra parte, hará que la luminosidad en las distintas zonas de color sea tan agresiva que los colores se mezclen y la fotografía se «queme». Eso sucede porque, en la composición, los distintos tonos de colores similares no se distinguirán a máxima y mínima luminosidad y aparecerán «manchas» de colores uniformes, tanto en colores demasiado oscuros como en colores demasiado claros.

El contraste medio de las cámaras suele ser bastante conservador por lo que se recomienda incrementarlo para conseguir una fotografía correcta pero debemos probar para conseguir el ajuste correcto en cada cámara móvil.

Saturación

Saturación

La saturación es el porcentaje de gris que tiene un color en su composición. Es el valor que regula la intensidad de un color. Suele encontrarse en el mismo apartado de la configuración que el contraste y, al igual que este, es configurable en la gran mayoría de las cámaras móviles.

El valor máximo producirá colores casi puros, muy agresivos, saturados. Algunos colores incluso parece que cambian dada la diferencia tonal entre el color original y su máxima saturación. No recomendamos jugar con el valor máximo de este parámetro salvo que busquemos un efecto concreto.

El valor mínimo o la desaturación completa convierte el mapa de color en una escala de grises como ya vimos en el capítulo anterior de este curso. La saturación es el valor principal que convierte una fotografía en color en una en blanco y negro.

El juego correcto con estos dos valores puede representar la diferencia entre una buena y una mala fotografía aunque no debemos olvidar que son fácilmente modificables en programas de edición fotográfica si hemos cometido algún error.

Conocer el funcionamiento de estos dos ajustes es muy importante para que podamos ajustar la cámara de nuestro teléfono móvil de forma óptima. Cada cámara trae sus propia configuración inicial, dentro de unos valores normales. Una cámara bien ajustada nos ahorrará el tener que retocar las imágenes a posteriori en programas de edición.

Composición

Composición

Una de las reglas más importantes en cuanto a encuadre y composición de vuestras fotografías es la regla de los tercios, aunque más que una regla es un truco o consejo para dar una apariencia más profesional a las capturas.

La práctica más común en fotógrafos novatos es la de centrar el elemento fotografiado en el encuadre pero esto puede ser un error ya que nos convierte en productores de fotografías de carnet. Cada fotografía puede ser vista o, mejor dicho, cada escena puede ser fotografiada de mil y una maneras, pero algunas son más correctas que otras. La simetría no es la opción correcta para todas nuestras fotografías aunque algunas, como los macros, demanden este tipo de composición.

La regla de los tercios es simple. Consiste en dividir mentalmente nuestro encuadre (aunque hay teléfonos que nos facilitan esto mediante la activación de una rejilla en pantalla) con dos líneas horizontales y dos verticales de forma que veamos nuestra composición como la unión de 9 bloques idénticos. Los cuatro puntos en los que se cruzan las líneas, puntos de encuadre o zonas áureas, son los puntos de interés para nuestros ojos y nuestro cerebro y, por tanto, son los que nos indican dónde deberemos colocar aquellos elementos a destacar de la fotografía.

En caso de existir más de un elemento de interés, trataremos siempre de colocarlos en puntos opuestos de nuestro encuadre y evitaremos, en la medida de lo posible, saturar estos puntos ya que conseguiríamos el efecto contrario al que buscamos con la aplicación de esta regla, y es el no destacar nada en la fotografía.

En el caso de la fotografía de paisajes, la regla de los tercios no se aplica por puntos o zonas áureas, sino con las líneas en sí. Aunque, de nuevo, la tendencia natural es centrar el horizonte o la línea del suelo en la fotografía, la regla marca que lo más correcto es colocar el horizonte en la línea inferior, reservando así un tercio de la fotografía para la zona bajo el horizonte y los dos tercios superiores a la zona del cielo. Aunque en ocasiones y si la composición así lo requiere, podemos invertir las posiciones y dedicar el tercio superior al cielo y los dos inferiores al suelo.

No hay que olvidar que en determinadas composiciones, como fotografías de detalle, macros (como comentamos al principio) y demás, la fotografía demandará otros encuadres. Esta forma de composición no debe aplicarse sistemáticamente a cada instante que capturemos, la experiencia nos dirá cuándo seleccionarla de entre otras posibilidades.

Es una regla, de los tercios, sencilla que se aprende con rapidez y que logrará que nuestras imágenes transmitan mucho más y con un aspecto mucho más profesional.

Compartir tus fotos

Compartir tus fotos

Comenzaremos este post diciendo que todo fotógrafo o aficionado a la fotografía que se precie de serlo tiene su parte exhibicionista, y es que la fotografía no es una profesión o afición privada. Si cualquier momento es bueno para enseñar tus fotografías a tus conocidos, ¿por qué no aprovecharte de las infinitas posibilidades que ofrece internet?

En vuestro bolsillo, integrada en el teléfono móvil, lleváis una cámara digital y con los smartphones actuales tenéis a vuestra disposición multitud de aplicaciones para compartir sobre la marcha las instantáneas que tomáis. Instagram para iOS, Windows Phone o Android, PicPlz para Android e iOS, el servicio Google Plus de Google o el omnipresente Flickr. También Facebook (aunque esta red social tiene otros propósitos y no es exclusiva de fotografía).

No hay que despreciar el dato que aportó hace poco tiempo el «grande de la fotografía», Flickr, en el que afirmaba, estadísticas en mano, que el iPhone es la cámara más utilizada para subir fotografías a su web.

Estas aplicaciones además nos sirven como copia de seguridad en la nube de nuestras imágenes. Servicios como Dropbox cumplen a la perfección esta función.

Navegar por galerías de fotografías web, comentar y opinar y recibir comentarios y opiniones.  Son algunas de las innumerables ventajas de las redes sociales.

Aprovechemos el auténtico potencial de estar online 24 horas al día en nuestros smartphones y convirtamos nuestra afición a la fotografía en un continuo aprendizaje. La fotografía se aprende practicando, ahí estamos todos de acuerdo, pero también viendo, empapándote de las fotografías de otros, de su forma de captar emociones. Formas de procesado que nunca habríamos considerado utilizar para determinadas fotografías, distintos ángulos desde los que realizar las tomas, composiciones de elementos. Todo esto se aprende navegando por las galerías de otros fotógrafos.

También se aprende, y mucho, de las críticas recibidas. Discriminar las que nos sirven para mejorar (tanto buenas como malas) de los comentarios superfluos.

Por eso, y por muchas cosas más, mostrar tus fotografías a los demás, integrarte en comunidades, es una de las mejores formas de perfeccionar técnicas y asimilar conceptos que de otra forma sería imposible hacer.

Y, ¿quién sabe? Quizá vosotros mismos estéis enseñando fotografía a otros.

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