Toma de contacto con Windows Phone 8. ¿Cambia tanto respecto al 7.5?

En Goponygo tocamos casi todos los sistemas operativos móviles, teniendo experiencia general y particular como para emitir valoraciones en la progresión que han tenido estos con respecto al paso de los años. Y Windows Mobile dio un salto cualitativo y visual sin parangón cuando se adaptó a Windows Phone 7, sufriendo continuos añadidos y grandes actualizaciones hasta llegar a Windows Phone 7.5, a partir del cual sufrió una grave ruptura: todos los smartphone con este sistema operativo se quedarían estancados, saliendo una nueva versión al mercado, Windows Phone 8, que sería incompatible con la anterior al estar basada en un kernel completamente diferente. Esto supuso un gran enfado para los usuarios, ya que pasaron a tener smartphones obsoletos que no tendrían acceso a las nuevas funciones, a pesar que Microsoft prometió una actualización para ellos con algunas de esas funciones. Pero, ¿realmente es tan diferente Windows Phone 8 con respecto a Windows Phone 7.5? Veamos.

Llevamos unos días trasteando con dos terminales que traen de serie esta nueva versión del sistema operativo móvil de Microsoft: el HTC Windows Phone 8X y el HTC Windows Phone 8S, dos de los smartphones actualmente más asequibles de todo el panorama WinPho en lo que respecta a las gamas principales: alta y media/baja. Con casi todas las nuevas opciones integradas, y haciendo un pequeño análisis rápido después de haber usado anteriormente el sistema desde sus inicios, podemos decir que, al menos de momento, el cambio no ha sido ni tan drástico ni tan merecedor de una ruptura.

La interfaz Windows Phone sigue siendo exactamente la misma, con fluidez rapidísima en ambos terminales y con idénticas opciones de personalización que antiguamente, a las que sólo hay que sumar el redimensionado de las baldosas y la inclusión de pequeños widgets en la pantalla de bloqueo. Seguimos sin poder instalar fondos de pantalla en el escritorio, y sólo se pueden modificar dos temas: oscuro y claro, quedando exclusivamente el oscuro si no queremos quedarnos ciegos con el uso del móvil. Las opciones de color de las baldosas siguen siendo muy limitadas y el redimensionado, a pesar de dar un toque original, tiende a ser caótico cuando empiezas a añadir demasiados accesos directos. Además, no todas las baldosas se pueden poner en los tres tamaños, y muchas siguen sin tener ni animaciones ni opciones de personalización. Además de que la gestión de notificaciones sigue siendo igual de pobre, con un límite de apps en segundo plano que conlleva quedarse a menudo sin la información en tiempo real.

Algo en lo que mejora es que ahora las opciones de hardware son más amplias, integrándose los procesadores multinúcleo, mayor capacidad para la RAM, diversas resoluciones o ampliación de conexiones, entre las que destaca el NFC. A pesar de ello, Windows Phone 8 no se nota más pesado o menos en un teléfono caro o barato, fluyendo tan increíblemente bien como ya lo hacía Windows Phone 7.5. Y las resoluciones no son tan flagrantes como en otros sistemas, al menos mientras no juguemos a juegos con alta capacidad gráfica. Y si hablamos de aplicaciones… Windows Phone 8 aún peca de escasez de ellas adaptadas, encontrándonos con que nos faltan muchas imprescindibles que ya teníamos en Windows Phone 7.5. Aun así, no deberemos de pagar de nuevo por ellas si ya las compramos en su momento.

Zune ha pasado a mejor vida, y con él la suscripción de prueba por 15 días que teníamos en el Zune Pass, habiéndose integrado todo dentro de la plataforma XBOX. Esta sigue marcando el entretenimiento en los móviles, guardando compatibilidad con nuestra cuenta y acumulando logros también desde Windows Phone 8. La mayor integración con SkyDrive consigue que se respalden automáticamente fotos o documentos, además de mantenerse las redes sociales instaladas dentro del sistema: Twitter, Facebook, LinkedIN o Sina Weibo, señal de que Windows Phone 8 dirige gran esfuerzo al mercado chino. También se ha añadido el Rincón infantil, un elemento multiusuario que da bastante juego a los pequeños de la casa y con el que casi tendremos dos teléfonos dentro de uno. A esta opción ya le dedicaremos una entrada más adelante, ya que merece especial atención.

Por lo demás, y a la espera de que realicemos los pertinentes análisis en profundidad al sistema y a los dos smartphones que HTC nos ha prestado amablemente, podemos decir que tampoco suscita tanta ruptura Windows Phone 8, siendo, al menos desde el lado puramente de usuario, más continuista que revolucionario. Aun así, podemos afirmar que ahora se notan en mayor medida las diferencias entre gamas de teléfonos, siendo aquí donde más ha profundizado Microsoft: en que los fabricantes puedan dar mayor abanico de posibilidades a sus usuarios. Y aquí entráis en juego vosotros: ¿os atrae Windows Phone 8? ¿Lo habéis probado y habéis encontrado diferencias sustanciales con Windows Phone 7.5? ¿Pensáis que Android o iOS le dan mil vueltas? Esperamos vuestros comentarios.