El futuro de las tecnologías móviles: control cerebral, pantallas flexibles…
Leyendo sobre fotografía me he dado cuenta de que, por fin, los fabricantes se han olvidado un poco (solo un poco) de la absurda carrera por los megapíxeles y se han puesto a innovar en otros campos.
En la telefonía móvil espero que se llegue a un pacto tácito similar. A día de hoy seguimos viendo las prestaciones de un teléfono por los megapíxeles de la cámara, la resolución y tamaño de la pantalla y el peso y tamaño del terminal.
Hay aspectos, y quizá el peso y tamaño entren en ello aunque cada vez lo dudo más, que son importantes, como la autonomía o la calidad de materiales (hasta cierto punto). Pero realmente estamos en una carrera absurda cuando nos planteamos si nuestro móvil tarda mucho en arrancar o no, o si el wifi es b/n/g…
Desde que se dio por muerta la miniaturización de los móviles, con el Nokia 8310 quizá como exponente más conocido, la carrera ha sido por prestaciones pero sin innovación. Sí, hay cámara, ahora a ver cuanto s megapíxeles le ponemos. Sí, tiene GPS, ahora a ver qué chip leva o cuantos satélites coge….
Y a cuento de todo esto me alegra ver iniciativas como la de Nokia, que investiga con pantallas flexibles y ya ha creado una patente. Un cambio semejante, independientemente de si la pantalla es VGA, WGA, OLED, LCD, etc. (nótese la ironía), sí sería un cambio radical en la telefonía móvil.
Por otra parte, NeuroSky ha presentado una interfaz neuronal para el Nokia N97. Me parece un paso tremendo, aunque con el handicap de tener que llevar un accesorio externo, al menos por ahora. Una integración de esta tecnología en los móviles, y que podamos, literalmente, controlarlos por el pensamiento, supondría un paso adelante mayor aún que el de las pantallas flexibles.
En la actualidad también ha algunos casos interesantes, con más o menos utilidad, como la pantalla translúcida del SonyEricsson Xperia Pureness.
O la tecnología que no se llegó a desarrollar de modo masivo que nos permite transmitir la voz no mediante ondas aéreas, como suele ser lo normal, sino por vibraciones de nuestros huesos.
Ideas no faltan, sólo empresas que sepan ver que el riesgo que se corre al llevar esto a cabo puede compensarles por ser los que cambiaron el panorama de las comunicaciones.
